A la izquierda, la fábrica de Rujamar incendiada este miércoles. A la derecha, Pepe Domingo Castaño junto a una trabajadora y una gallina de la empresa.

A la izquierda, la fábrica de Rujamar incendiada este miércoles. A la derecha, Pepe Domingo Castaño junto a una trabajadora y una gallina de la empresa.

Reportajes

El drama de los Martínez: mueren 600.000 gallinas de los huevos anunciados por Pepe Domingo Castaño

Un incendio calcina tres naves de la fábrica del Grupo Rujamar, sita en Cuenca. Las aves han muerto de manera "rápida y cruel", explica su CEO.

25 abril, 2024 02:59

Este 2024, la familia Martínez Hernáiz cumple 40 años al frente de una de las empresas más importantes de la provincia de Cuenca. Se trata del Grupo Rujamar, una entidad dedicada a la industria avícola desde que se fundó en 1984. Las cuatro décadas de este clan familiar han dado para mucho como, por ejemplo, haber cerrado profundos lazos de amistad con el ya difunto comunicador radiofónico, Pepe Domingo Castaño. Fue él quien anunció en incontables ocasiones las bondades de los huevos que producen los Martínez Hernáiz con esmero y sostenibilidad.

Decía, en tono amigable y publicitario, que eran “los huevos de España”. Este miércoles, sin embargo, la mala suerte se ha cebado con esta familia y con su fábrica, situada en el municipio conquense de San Lorenzo de la Parrilla. Sobre las 13:00 horas, como ha comunicado a los medios el CEO del Grupo Rujamar, Rubén Martínez, se ha originado un incendio que ha calcinado tres naves provocando la muerte de entre 550.000 y 600.000 gallinas de suelo. Han muerto por inhalación de humo, de una forma “muy rápida y muy cruel”, ha lamentado ante los micrófonos.

Al parecer, según ha explicado Martínez, el incendio se ha originado en la nave central de la fábrica y ha afectado a las naves aledañas que, casualmente, son las más modernas de la compañía. Se construyeron en 2017, 2019 y 2020 y tenían al menos 30 años de vida útil. En ellas residían las cerca de 600.000 gallinas fallecidas, que eran parte de la familia Rujamar, pues ellos mismos siempre se han declarado como una empresa defensora del bienestar animal. De ello era consciente el periodista de la Cope, Pepe Domingo Castaño, quien posó en más de una ocasión con las aves que cuidaban los Martínez Henáiz y sus trabajadores.

El CEO del Grupo Rujamar, Rubén Martínez, en declaraciones a los medios.

El CEO del Grupo Rujamar, Rubén Martínez, en declaraciones a los medios. EFE

Y es que durante años hubo una estrecha relación entre el presentador de Tiempo de Juego y los Martínez Henáiz. Cuando Pepe Domingo Castaño falleció en septiembre de 2023, la empresa no dudó en dedicar un afectuoso post de Instagram a ese “amigo” que puso en el mapa a “los huevos de España”, como él calificaba a este producto del Grupo Rujamar. “Un abrazo, Pepe, siempre estarás en nuestra memoria y corazón”, afirmaba la empresa que ahora lamenta la defunción de la cuarta parte de sus gallinas a causa del incendio.

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Ninguna persona fallecida

Pese a la tragedia animal y material que ha sufrido la familia Martínez Henáiz, hay un aspecto positivo que ha dejado el incendio: no ha fallecido ninguna persona. Tan sólo una ha sufrido algunas heridas y quemaduras de carácter leve. El resto, los 10 trabajadores que se hallaban en las naves cuando se originó el fuego, salieron “por su propio pie”, ha dicho el CEO de la empresa.

A nivel material, el incendio ha supuesto un duro golpe para unas instalaciones que tenían una expectativa de vida de tres décadas, pero la rapidez y virulencia de las llamas ha provocado que poco se pudiera hacer. “Tenemos todo un sistema de vías de seguridad y no ha dado tiempo ni a conectar la manguera ni nada porque se ha propagado el incendio súper rápido. En una hora ya estaban incendiándose las tres naves y en menos de tres horas, todo calcinado”, ha sostenido Martínez.

El estado de las naves del fábrica del Grupo Rujamar calcinadas por las llamas.

El estado de las naves del fábrica del Grupo Rujamar calcinadas por las llamas. EFE

Preguntado sobre cómo se encuentra, Martínez ha respondido a los medios que “entero, pero deshecho”. “Esto es mi vida, es lo que yo he hecho toda mi vida y al final la vida te pone retos y este es un reto más que hay que superar y no sirve de nada lamentarte”, ha dicho Martínez a EFE, abogando también por “trabajar, mantener la cabeza fría y pensar cómo sofocar esto cuanto antes y que tenga el menor impacto en la compañía”.

De hecho, ha reconocido que la empresa aún cuenta con las dos millones gallinas que han sobrevivido y que, “salvo decisión de última hora”, seguirá suministrando a sus clientes “los huevos de España”.

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Una tragedia regional

Aunque la rápida y efectiva intervención de los bomberos ha impedido la muerte del resto de gallinas y el hundimiento total de la empresa, el golpe ha sido duro. Y más para una entidad que da trabajo a 200 personas de manera directa y a otras 400 de manera indirecta. En este sentido, el Grupo Rujamar se puede considerar un motor regional, llegando a facturar en 2023 más de 60 millones de euros.

Fundada en 1984 por la familia Martínez Hernáiz en la localidad de San Lorenzo de la Parrilla, Rujamar es una de las compañías más importantes en avicultura ecológica y en bienestar animal en España. Ha sido galardonada con diversos reconocimientos nacionales e internacionales por la calidad de sus productos y la sostenibilidad de su producción, particularmente de sus huevos.

Pero ahora, 40 años después, ha de volver a empezar. El azar y un incendio, cuya causa aún se desconoce, provocan que los Martínez Hernáiz deban ahora levantarse. Por suerte, no deberán hacerlo de cero, pues aún les quedan muchos animales, partes de las instalaciones y, sobre todo, el prestigio aglutinado durante cuatro décadas y que Pepe Domingo Castaño supo ver.

“La rápida respuesta de los servicios de emergencia, tanto de la Guardia Civil como de los bomberos”, en palabras de Rubén Martínez, ha sido clave para que la familia no tenga que empezar de cero. Al cierre de esta edición, el incendio está más o menos controlado y los servicios de emergencias pasan la noche en el lugar, vigilando que no se reaviven las llamas.